Cada día nos enfrentamos a nuevos retos y a un sinnúmero de cambios en la vida empresarial. Las operaciones diarias cada vez son más dependientes de la tecnología y es una tendencia que seguirá creciendo con el paso de los años, hasta el día en el que los procesos manuales ya no tengan relevancia o su impacto sea casi nulo. Sin embargo, el mayor problema del asunto no se basa en el hecho de la invasión tecnológica en las empresas y en su objetivo concreto que busca simplificar las tareas. Al final del día, todo se reduce en términos monetarios, en costos, precios y en el poder adquisitivo que una empresa tiene para poder estar actualizada en la industria tan competida que se respira actualmente.
Afortunada o desafortunadamente, las pequeñas y medianas empresas no están tan distanciadas una de la otra. Una gran mayoría padece de este conflicto. Esto puede verse como algo beneficioso, hablando de nómina y pago a empleados, pues un solo recurso dentro de la estructura laboral tiene la tarea de realizar distintas funciones. Por ejemplo, el empleado encargado de brindar soporte técnico, podría también funcionar como el encargado de todo asunto relacionado a la tecnología dentro de la empresa. Estas limitaciones generalmente no resultan para bien pues se pierde el enfoque y visión de cada puesto indispensable dentro de cada organización lucrativa, además de otros conflictos que pudieran suscitarse entre la relación obrero-patronal.
Una solución apropiada, en mayor parte de las ocasiones, es recurrir a la subcontratación de empresas que ofrezcan servicios tecnológicos. A diferencia del precepto que muchos pequeños y medianos negocios tienen sobre el costo que pudiera llegar a tener dicho servicio, se debe saber que existe una gran gama de proveedores que ofrecen servicios para todas las necesidades y medidas. Sin embargo, se estima que las empresas pueden tener un ahorra de costos de hasta 30%, además de que les brinda acceso a tecnología que de otra forma no podrían obtener, los ayuda a concentrarse en sus actividades centrales para el mejor funcionamiento del negocio.
Las áreas en donde, por lo general, las pequeñas y medianas empresas tienen mayor necesidad de soporte, son tanto el departamento de administración como el de contabilidad. Esto ya que muchas de ellas arrancan con una iniciativa familiar y en muchos casos no se cuenta con todos los conocimientos o con el tiempo para poder desempeñar las funciones que se derivan de estas áreas operativas.
¿Qué sucede si la Secretaría de Hacienda induce un nuevo impuesto? Las empresas que ofrecen los servicios tecnológicos cuentan con la experiencia para adecuar todos sus sistemas o aplicaciones a los nuevos mandatos. Situación que no sería nada trivial para un recurso interno que se dedique a dar atención a todos los aspectos de tecnología e innovación dentro de la empresa. Es importante conocer que muchas empresas de subcontratación ofrecen estas aplicaciones, que adicionalmente se pueden ajustar a cualquier sector según cada empresa. Van desde manufactura, telecomunicaciones hasta uno de los más comunes, la compra-venta, o bien, retail.
Según algunos reportes, el 28% de las pequeñas y medianas empresas cuentan con 1 computadora cómo mínimo. La INEGI registra que el 26% cuentan con un sitio de Internet, 35% emplea el correo electrónico como el medio más importante de interacción y el 85% sigue manejando pago por cheque o efectivo.
También se estima que las PYMES en Latinoamérica suelen emitir una inversión en tecnologías que es menor a la media mundial (51.000 USD anuales). La tecnología es un eslabón clave en la cadena empresarial. El hecho de que el 99.8% de las más de 4 millones de empresas mexicanas sean PYMES, que generan 7 de cada 10 empleos y representen el 50% del PIB, obliga a todos los líderes de dichas empresas a tomar cartas en el asunto y evitar ir en contra de la corriente que marca la tendencia global.
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